Las obras para poner
en operaciones a la mega planta de tratamiento de efluentes cloacales de San
Miguel de Tucumán entraron en cuenta regresiva.
En últimos meses el
establecimiento fue supervisado y recorrido por especialistas en medio ambiente
del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y del Ente Nacional de Obras
Hídricas de Saneamiento (ENOHSA), a fin de constatar la correcta instalación de
los equipos y ejecución de la estructura.
Actualmente se
encuentran trabajando más de 500 personas en esta obra que cuenta con un avance
del 85%. “Toda la estructura de hormigón
está terminada y se ha probado la estanqueidad de los receptáculos. Ahora se
están colocando los equipos electromecánicos que son de ultima generación e
importados desde Europa”, aseguró Alfredo Calvo, presidente de Sociedad Aguas
del Tucumán.
El desafío
que enfrenta Sociedad Aguas del Tucumán (SAT) consiste en abastecer con
servicio de agua potable y cloacas a San Miguel de Tucumán y alrededores, ante
el significativo crecimiento demográfico.
Al inicio
de esta gestión en el 2004, innumerables vuelcos en la vía pública
evidenciaban insuficiencia de
infraestructura en el sistema cloacal.
Para
resolver este problema, se planteó el proyecto de los grandes colectores (para
líquidos cloacales), que fue el puntapié inicial para el debut ante el Banco
Mundial en la búsqueda del financiamiento.
Con los 27 km . de colectores
terminados, se hizo indispensable la construcción o el adecuamiento de una
planta de tratamiento de líquidos cloacales, proyecto que fue incluido en el
Programa Norte Grande con el financiamiento del BID.
En
consecuencia se proyectó la planta de tratamiento de efluentes de San Felipe,
ubicada en calle Pérez Palavecino tercera cuadra, con una inversión de 178
millones de pesos.
La planta
de San Felipe es la más grande que se está construyendo actualmente en el país,
con tecnología de última generación, en un predio de 17 hectáreas . Cubrirá
las necesidades de 600 mil habitantes con tratamiento primario y secundario, y
se proyecta para otros 200 mil, duplicándose así la capacidad de tratamiento
original. Mientras que la planta mayor que está haciendo AYSA (Agua y
Saneamientos Argentinos) abarca a sólo 300 mil habitantes.
“Hoy el
crecimiento poblacional exige una planta de la envergadura como la que se
construye, por dos razones una, por la capacidad de habitantes con nuevos
servicios y por la calidad del líquido tratado que vuelve al Río Salí, menos
contaminación ambiental, reafirmando así nuestro compromiso con la sociedad y
el medio ambiente”, afirmó el directivo de la compañía.
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